Bienvenido a Madrid


por Redacción | 13 septiembre, 2016

Como empresario Mejicano Pablo eligió Madrid como destino por unos años. Le parecía que la seguridad en Méjico había empeorado y España le parecía un destino ideal por tener el mismo idioma y porque siempre quiso volver a la patria que sus abuelos dejaron como inmigrantes en su día.

Sus hijos y su mujer también estaban ilusionados con vivir en Europa y, de hecho, ya tenían muchos amigos que vivían en Madrid.

Encontró el clima seco, y también algo secos a los españoles. Aunque compartimos idioma, hay diferencias culturales indudables entre los dos países. Los españoles somos más claros y directos en cualquier comentario o negociación, en ocasiones bruscos y groseros para los americanos que hablan castellano.

Al principio pensaba que los camareros estaban enfadados con él por alguna descortesía, o sólo por ser mejicano, hasta que entendió que el trato habitual en España no es, desgraciadamente, ni tan cortés ni tan amable ni tan formal como en su patria.

Sí encuentra que las negociaciones y los trámites sí son más rápidos y esto, como hombre de negocios, lo agradece.

Ayudamos a Pablo a comprar un chalet en El Encinar que cumplía lo que nos pedía: emplazamiento tranquilo, zona común con seguridad, comercios cercanos y se podía ir andando al Colegio Highlands, uno de los colegios católicos de la zona que cumplía los requisitos que querían para la formación de sus hijos.

La semana después de la mudanza nos invitó a cenar a su casa y tanto la comida como la decoración habían sido cuidadas con esmero por Marcela, su mujer. Estaban muy contentos con su casa, con el tráfico de Madrid, que les parecía ordenado (en esto no coincidíamos), y con tener cerca a tantos compatriotas. Aún les suena raro que en Madrid “cojamos” el autobús y alguna otra palabra, pero se les veía muy contentos. Al margen del beneficio económico nos gusta poder ayudar a nuestros clientes en el difícil momento que supone una mudanza.